En el día de hoy #8M regreso a esta reflexión de algunos años tras, cuando llegamos al final de la pandemia y me reencontré con mi familia paterna en Brasil, en uno de los más simbólicos y especiales encuentros que hemos compartido juntos.
Cuando me preguntan quienes fueron las influencias en mi vida, siempre pienso en las mujeres de mi familia: mis abuelas, tías, primas, hermanas y mi madre.
Crecí rodeada de modelos femeninos
Mi abuela paterna Amélia enviudó antes de cumplir los 30 y sacó adelante a tres hijos y su patrimonio con una máquina de coser y ojo de halcón para las inversiones. Recuerdo tomar el café de la tarde escuchando a mi madre y a mi abuela tejer sobre inversiones y cómo gestionar las finanzas.
Mi abuela materna Clarice se divorció a una edad avanzada con la ayuda de sus hijas, demostrando que nunca es demasiado tarde para luchar por tu valía. Era acogedora, plantaba frutas en su patio y hacia jabón y pan casero como nadie. Ella siempre ofrecía su pan a quien le visitaba.
Mis ambas abuelas eran amigas y organizaban bailes de la “tercera edad” (como decimos en portugués) juntas. Clarice cedía el espacio y Amelia organizaba los invitados, tengo memoria de verles bailando y disfrutando en estos eventos. Como verás mi sangre organizada viene de cuna.
Mi madre fue y sigue siendo mi gran maestra de la organización, de ella heredé mi lado creativo para hacer más con menos, desarrollé mi sentido del orden y a apreciar un estilo de vida ligero y sin excesos.
En las reuniones familiares de navidad, una de mis partes favoritas era el momento previo a la fiesta, cuando pasábamos decorando el espacio con mis primas y primos escuchando Marisa Monte. Era una explosión de creatividad, reinvención y colaboración. Una tradición que sigue hasta el día de hoy.
Hoy mis hermanas son fuertes influencias en mi trabajo como PO. Una por su visión conductual y emocional, la otra por su conciencia natural y espiritual.
En este encuentro en 2021 todos fuimos sorprendidos por un regalo. Un libro escrito por la familia sobre mi abuela Amelia, basado en una entrevista que le hicieron cuando cumplió 80 años. Relato que quedó guardado en un cajón y fue concretizado en tiempos de confinamiento.
Que privilegio tenemos. Que privilegio es tener la oportunidad de hacerte volver en el tiempo y preguntar cosas a tu abuela, a preguntar sobre tu padre que aquí ya no está.
Feliz a todos nosotros rodeados de mujeres especiales.
ᴘᴏʀ | Cresci rodeada por modelos femininos
Minha avó paterna, Amélia, ficou viúva antes de completar 30 anos e criou três filhos e seu patrimônio com uma máquina de costura e um olho de falcão para investimentos. Lembro-me de tomar café da tarde ouvindo minha mãe e minha avó conversando sobre investimentos e como administrar as finanças.
Minha avó materna, Clarice, divorciou-se em idade avançada com a ajuda das filhas, provando que nunca é tarde demais para lutar pelo seu valor. Ela era acolhedora, plantava frutas em seu quintal e fazia sabão e pão caseiro como ninguém. Sempre oferecia seu pão a todos que a visitavam.
Minhas duas avós eram amigas e organizavam juntas os bailes da terceira idade na minha cidade. Clarice providenciava o espaço e Amélia organizava os convidados. Tenho lembranças de vê-las dançando e se divertindo nesses eventos. Como você pode ver, meu sangue organizado vem do berço.
Minha mãe foi e ainda é minha grande mestra em organização, dela herdei meu lado criativo para fazer mais com menos, desenvolvi meu senso de ordem e um apreço por um estilo de vida leve e sem excessos.
Nas reuniões de Natal da família, uma das minhas partes favoritas era o momento que antecedia a festa, quando passávamos decorando o espaço com minhas primas e primos ouvindo Marisa Monte. Era uma explosão de criatividade, reinvenção e colaboração. Uma tradição que continua até hoje.
Hoje minhas irmãs são fortes influências em meu trabalho como PO. Uma por sua visão comportamental e emocional, a outra por sua consciência natural e espiritual.
Nessa reunião de 2021, fomos todos surpreendidos com um presente. Um livro escrito pela família sobre minha avó Amelia, baseado em uma entrevista que a fizeram no seu aniversário de 80 anos. Uma história que estava guardada em uma gaveta e foi trazida à vida em tempos de confinamento.
Que privilégio temos. Que privilégio é ter a oportunidade de voltar no tempo e fazer perguntas à sua avó, por escutar sobre seu pai que não está mais aqui.
Parabéns a todos nós que estamos cercados por mulheres especiais.